Hoy me desperté para iniciar mi rutina, pero tenía flojera y un deseo gigantesco de permanecer entre las sábanas, me detuve al borde de la cama y recordé como era mi vida en el año 2021… Completamente opuesta, llena de malos hábitos.
Mi día iniciaba a las 11 de la mañana, salía a caminar en busca de café y galletas, veía a las personas haciendo su vida y me regresaba a mi casa porque a la 1pm debía de comenzar a trabajar.
Después, como a las 4 de la tarde, iba a comer y tomar cerveza o mezcal, esperando encontrar inspiración para sentarme a escribir toda la noche.
Así, una y otra vez.
Estaba en un ciclo que me parecía divertido y placentero, solía llamarlo «un estilo de vida inteligentemente desequilibrado».
No quería discernir entre los hábitos buenos y malos, ni siquiera controlar mis deseos. Me encontraba desfasado y pasando por un momento difícil, pero sabía que no era para siempre.
Como cualquier escritor, tenía picos de motivación y otros días donde todo lo que escribía iba directo al cesto de la basura.
Mis ingresos venían de dos lugares:
- Hacer proyectos freelance como redactor de contenidos (en Upwork & Fiverr)
- Llamar a restaurantes en latinoamérica y registrarlos en Rappi
Pensar en esto hoy en día, me hace preguntarme si era mediocre, libre, un vacacionista de largo plazo o simplemente un joven que estaba ganando dinero fácil.
Considero que establecer un horario (o que establezcan uno para ti) es una ventaja, si lo vemos de manera optimista, nos obliga a despertar a cierta hora, bañarnos, trasladarnos al lugar de trabajo, comer, ir al baño, etcétera.
Es una manera de comenzar a tener control de nuestro día a día, crear una rutina tan poderosa que nos permita crecer como persona… De la casa al trabajo, del trabajo al gimnasio, del gimnasio a la casa.
Ser feliz en la cotidianidad es un tema interesante y a analizar, echa un vistazo a esta nota de blog.
¿Te imaginas todo lo que podrías cambiar en 6 meses siendo disciplinado?
Olvídate de un mal hábito a la vez.
Evan B.
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