Acabo de cumplir 24 años. La preparatoria es solo un recuerdo, la universidad ya no forma parte de mi vida, voy de mi casa al trabajo todos los días, y los viejos tiempos son cada vez más viejos.
¿Estás listo para leer uno de los artículos más personales de este blog?
Ese joven que vivía ilusionado, lleno de sueños y energía, se marchó hace algunos años, creyendo que podía comerse el mundo… Salió por todas y regresó sin nada.
Aunque no perdió la esperanza, comenzó a subestimarse y eso provocó un declive. Las inseguridades, las dudas y los miedos, se dispararon. Pasaba cada madrugada viendo el techo, sin saber qué hacer.
Después de intentarlo todo, había fracasado. Lo que no sabía es que lo hizo en el órden incorrecto, de afuera hacía adentro, porque pensaba que si cambiábamos nuestra vida por fuera, en el interior también sucedería.
Sin embargo, la realidad dice lo contrario, primero hay que trabajar en el interior, y en consecuencia el exterior cambiará.
Cuando él tomó la decisión de ir a terapia por primera vez, llegó en bicicleta, sin muchas expectativas, pero intrigado por lo que sucedería.
Comenzó a hablar y se dió cuenta que tenía rasguños en cada parte del cuerpo, hilos enredados y preguntas que no había querido responder. Pese a esto, se mantenía fuerte y seguro que enfrentarlo de una vez, le ahorraría mucho tiempo.
Durante aquella etapa, trabajaba remoto y ganaba un salario mínimo, a veces dos, suficiente para no faltar a su terapia que, de alguna forma, era su nuevo proyecto.
Conforme avanzaba, se sentía más libre, menos culpable de los fracasos y menos temeroso de lo que podía pasar en el futuro. Él sabía que su resiliencia era gigantesca y tenía la capacidad de ir contracorriente.
Por fin, comprendió que los errores y los descuidos del pasado, son de su yo del pasado, no de su yo del presente.
![Escritor Por Accidente en la preparatoria](https://escritorporaccidente.com/wp-content/uploads/2024/06/el-tiempo-vuela.jpg)
Ver en retrospectiva es lo mejor que podemos hacer, como dijo Steve Jobs en su discurso en la Universidad de Stanford: “You can’t connect the dots looking forward; you can only connect them looking backwards. So you have to trust that the dots will somehow connect in your future”.
Así que, ese joven lleno de ilusiones y hoy un adulto funcional, tenía que pasar por todo lo que pasó para crecer, madurar y consolidar un carácter.
Fue la única manera y la mejor de todas.
Dejó la universidad, viajó solo por 181 días, emprendió un sinfín de veces, fracasó en el amor, fue robado en otro país estando solo, regresó a casa de su madre en dos ocasiones, intentó trabajar remoto pero no funcionó, hizo más de lo que esperaba y al final, consiguió un buen empleo.
Lee porque salir de la zona de confort es una manera de vivir al máximo.
Inició otra etapa, poniendo a prueba sus habilidades, administrando más de 15 blogs y coordinando un equipo de tres escritoras y un traductor, aprendió sobre posicionamiento web y se animó a emprender otra vez.
Después de haberse subestimado durante los últimos años, se dió cuenta que había algo y valía la pena averiguar que es.
En la escritura encontró una oportunidad y decidió aprovecharla.
Si no fuera por aquellas experiencias, la vida sería aburrida y quizá, no sabría de lo que era capaz.
Las adversidades y las incomodidades nos obligan a movernos de lugar, y puede ser a un lugar mejor.
Felices 24 a ese joven soñador.
Evan B.
![Imagen para promoción del libro Como ser un estoico, escrito por Massimo Pigliucci.](https://escritorporaccidente.com/wp-content/uploads/2024/07/libro-como-ser-un-estoico-1-1024x341.jpg)
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