Cada vez que recuerdo el salario del director de ventas y de marketing, solo pienso en que debería yo de hacer para ganar más dinero y la respuesta siempre es la misma.
Esta persona en tres días ganaría lo que yo gano en 30 días, dicho en otras palabras, gana 10 veces más que yo… Me pongo como ejemplo, porque desconozco los demás puestos de trabajo.
Es muy interesante reflexionar y observar cómo funciona el mercado laboral. Aunque, entre más indagues más decepcionado podrías estar.
Ante todo, somos optimistas y creemos en el emprendimiento, el ahorro y las inversiones (conoce el portafolio de inversión que te regala café).
Habiendo dicho esto, vamos a analizar como es que alguien puede estar en la misma oficina y llevarse el pedazo más grande de pastel, mientras que tú cooperas $10 pesos para una mordida.
Hay cosas que solo el tiempo nos da
Si bien, los dos tenemos el cuerpo íntegro, no nos hace falta nada; Caminamos, hablamos, interactuamos y nuestra capacidad de pensar está desarrollada, ¿hasta aquí vamos igual, no lo crees?
Pese a ello, las experiencias de vida, los conocimientos, el tipo de relaciones y la trayectoria profesional hacen una gran diferencia. Básicamente, las cosas no tangibles.
Debes de saber que en este sistema ecónomico, los ingresos son proporcionales al tamaño de los problemas que resolvemos y las necesidades que satisfacemos, al igual que lo fácil o difícil que sea de sustituirnos.
Si en tu mente hay un esquema de trabajo, un modelo financiero único, estrategias con grandes resultados y seguridad al proyectar los planes de la empresa, entonces, eres competitivo.
En cambio, si en tus habilidades está empacar productos dentro de una fábrica, sin mucha técnica, solo metiendo productos en una caja de cartón, que no te sorprenda si llega un robot y te reemplaza.
Ahora que lo recuerdo, el libro El cuadrante del flujo de dinero de Robert Kiyosaki trata de algo así.
Un empleado tiene un salario fijo, el autoempleado recibe el dinero según su esfuerzo, el dueño supervisa y se queda con una parte, el inversionista pone el dinero a trabajar para él.
Estoy en una etapa temprana con una licenciatura trunca, emprendimientos fracasados, relaciones profesionales un tanto ambiguas y sin familia adinerada ni nada que heredar.
Decidir donde invertir mi dinero es arriesgado, porque podría perderlo todo y volver a empezar, pero está bien… Tengo 23 años.
Por mucho que yo quiera ganar esas cantidades de dinero, hay un par de escalones que debo de subir, no en la empresa, sino en mi vida.
Continua leyendo y descubre el poder de hacer networking.
Evan Ballesteros.
Deja un comentario