Desde que estamos en el vientre ya pertenecemos a una clase social, tenemos oportunidades limitadas y un camino a transitar. Pero, ¿hasta qué edad podemos transformar nuestra realidad y romper el molde?
Me lo pregunto más de lo que debería, y la respuesta siempre es la misma, «hasta el día que decidas replantearte tu vida, comprender porque prefieres una cosa y no la otra, repasar tus acciones pasadas y las situaciones que te tocó vivir».
Solo así, sabiendo de dónde venimos, podremos elegir hacía donde queremos ir y qué tan probable es que lleguemos allá. Si no conoces a personas en diferentes clases sociales a la tuya, vivirás con sesgos económicos y nunca lo notarás.
Hay quien considera que pagar $700 pesos mensuales por un gimnasio es mucho, yo creía que me estaba excediendo con mis partidos de pádel, hasta que conocí a un señor que paga alrededor de $50,000 pesos por jugar golf un par de veces al mes.
La sociedad no está diseñada para que ganes
Esta conversación surgió en la oficina de mi trabajo, nos preguntamos qué sería de nosotros si no estuviéramos en este trabajo, ¿nos dedicaríamos a viajar, estar en familia, recoger perros de la calle o hacer yoga por las mañanas?
Muchas personas están en un lugar porque las circunstancias de la vida las pusieron ahí, pero pocas personas están por decisión propia, 100% de manera deseada y consciente. Lamentablemente, el sistema capitalista te bofetea desde muy temprana edad.
¡Cuidado con la frustación!
No hace falta que te lo diga; hackear este maldito sistema, encontrar maneras de disfrutar la vida y vivir de ello, es mi sueño más grande.
Por eso, en 2021 dejé la universidad, para dedicarme a escribir y viajar mientras lo hacía. Sin embargo, el plan funcionó por 7 meses, después me vi en apuros y tuve que soltar aquella idea.
Más tarde, en el año 2022, me animé a intentarlo de nuevo y fracasé rotundamente en solo 45 días. Fue un golpe de realidad, esta vez más fuerte que el anterior, por lo que un trabajo de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, me cobijó bastante bien.
A pesar de lo anterior, sigo creyendo que la tercera es la vencida, donde saldré victorioso con mis emprendimientos y lograré construir ese estilo de vida, mismo que sueño desde que era un adolescente.
Existe una gran diferencia entre disfrutar lo que haces y hacer que disfrutes lo que haces, por ejemplo:
- Disfruto mi jornada laboral y escucho música porque me gusta
- Escucho música para disfrutar mi jornada laboral
En la primera, el goce viene desde un lado genuino, mientras que en la segunda opción, te estás convenciendo… ¿Me explico?
Ambas están bien, a pesar de ello, no hay nada como poder elegir y tú sabes de lo que estoy hablando.
Evan Ballesteros.
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