Cambia tu perspectiva para vivir mejor

Esto no es arte de magia ni brujería, cuando tú cambias tu perspectiva y eliges donde colocar tu atención, todo lo que hay a tu alrededor comienza a lucir diferente. 

Las cosas malas podrían seguir existiendo, o quizá te des cuenta que nunca existieron en primera instancia y tu mente se había encargado de crearlas. 

Nuestros pensamientos son muy poderosos, te voy a dar un ejemplo:

Estás apunto de comer y la comida se ve viscosa, no te convence mucho porque crees que te vas a enfermar si lo comes. Pese a esto, decides darle una oportunidad, no tiene mal sabor, pero en tu mente ya existe la predisposición a enfermarte y eso es lo que pasará.

Tenemos la capacidad de elegir si algo es bueno o malo, simplemente porque nosotros le ponemos esa etiqueta… es similar al libre albedrío.

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Mi abuelo me dió una lección

Él era una persona que veía las noticias al despertar, a la hora de la comida y antes de dormir.

Por alguna extraña razón siempre le gustaron, desde las noticias más simples como los accidentes de tránsito hasta los temas relacionados a la política, seguridad del país, clima, etcétera (tú sabes, las noticias son infinitas).

Yo asumía que le gustaban porque vivía en Ciudad de México y las noticias son buen tema de conversación entre la gente mayor.

Pero para mi sorpresa no era por eso, él de verdad había desarrollado el hábito de ver noticias y la necesidad de saber que estaba pasando en el país, así como el morbo que las noticias amarillistas provocan.

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El entorno sí influye, pero no determina

En el 2022 mi abuelo tuvo que dejar 71 años de vida en esa gran ciudad y empezar de nuevo en Puerto Vallarta, literalmente, de nuevo.

Hizo los ajustes necesarios, se adaptó y su calidad de vida estaba mejorando.

Sin embargo, seguía viendo las noticias y enterándose de las cosas que pasaban en Ciudad de México… que si un temblor, un robo armado, la inflación, la corrupción, la violencia en las calles y bla, bla, bla.

Obviamente esas noticias despertaban en él una preocupación y un miedo, entonces solía decirme que tuviera cuidado, que la situación estaba cada vez peor y que me encomendara a Dios.

Yo le decía a mi abuelo que disfrutara otras cosas y que dejara de ver las noticias de poquito en poquito, porque se estaba contagiando de miedos irracionales.

Al final decidió no hacerlo en su totalidad, pero sí comenzar a discernir entre una noticia amarillista y el buen periodismo.

Mi abuelo de 74 años.
Él fue mi abuelo, Samuel.

Después de unos cuantos meses, no les voy a mentir, mi abuelo lucía más optimista, despreocupado y contento con lo que estaba viviendo.

Su conversación también había cambiado, ya no me decía que la situación era horrible, al contrario, me incitaba a perseguir mis sueños, me preguntaba sobre cómo ganaba dinero en internet y si él podía hacer algo similar.

Lo que me parece interesante es que si cambias tu entorno, pero tu perspectiva sigue siendo desfavorable, entonces, podría no existir un beneficio.

Así que trabaja mucho en tu mentalidad, tu perspectiva ante las cosas, y después (te lo prometo) tu realidad tangible cambiará.

Evan Ballesteros.


Imagen para promocionar el libro "Como ser un estoico" de Massimo Pigliucci.

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