¿Qué tan fácil es romper el molde?

Tipos de clases sociales en México.

Desde que estamos en el vientre de nuestra madre ya pertenecemos a una clase social, tenemos opciones y limitaciones. Pero yo me pregunto, ¿hasta qué edad podemos transformar nuestra realidad y romper el molde?

La respuesta que tengo después de cuestionármelo es casi siempre la misma; «el día que tomes la decisión de cambiar, aceptar tu realidad y ver el pasado únicamente para aprender».

Cuando sabemos de dónde venimos podemos elegir hacía donde queremos ir y qué tan probable es que lleguemos.

Es importante que conozcas a personas en situaciones diferentes a la tuya, porque solo así es como descubrirás tus propios sesgos desde emocionales hasta económicos.

Hay quien considera que pagar $700 pesos mensuales por un gimnasio es mucho, yo creía que me estaba excediendo con mis partidos de pádel hasta que conocí a un señor que paga alrededor de $50,000 pesos por jugar golf cuatro veces al mes.

La sociedad no está diseñada para que ganes

Esta conversación surgió en la oficina de mi trabajo. Nos preguntamos que sería de nosotros si no estuviéramos en este empleo… ¿nos dedicaríamos a viajar, estar en familia, recoger perros de la calle o hacer yoga por las mañanas?

La mayoría de las personas están en un lugar porque las circunstancias de la vida las pusieron ahí.

El sistema capitalista es injusto, la educación universitaria no siempre es accesible, con un salario promedio no puedes comprar una casa y los bancos ofrecen tasas de interés (por lo menos en México) abusivas.

Te recomiendo leer este artículo si te sientes frustrado.

Debo de confesarte que mi meta en la vida es haber «hackeado» este sistema, encontrado maneras de disfrutar la vida y al mismo tiempo vivir de ello.

En 2021 dejé la universidad para dedicarme a escribir y viajar. Aunque el plan funcionó por 7 meses, después me vi en apuros y tuve que soltar aquella idea.

Un año más tarde lo volví a intentar y fracasé en menos de 40 días por falta de preparación, decisiones impulsivas y mala suerte.

Por lo que un trabajo de 8:00 am a 6:00 pm me cobijó bastante bien, ya que un salario me permitió encontrar la estabilidad otra vez.

A pesar de lo anterior, sigo esperando hacer un tercer intento y estoy seguro que será la vencida.

Existe una gran diferencia entre disfrutar lo que haces y hacer que disfrutes lo que haces, por ejemplo: «Disfruto mi jornada laboral y escucho música porque me gusta» no es lo mismo que «escucho música para disfrutar mi jornada laboral».

En la primera lo disfrutas porque tú lo eliges, en la segunda te adaptas para poder disfrutarlo.

Ambas están bien, pero venimos a esta vida a cumplir nuestros sueños y no los de alguien más.

Evan Ballesteros.


Imagen para promocionar el libro "Como ser un estoico" de Massimo Pigliucci.

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