
Es tan común que las personas se den por vencidas, que desistan a sus sueños y se conformen con la vida que les tocó, provocando que el crecimiento personal parezca una ilusión.
La edad, las circunstancias de la vida, el entorno social y los rasgos de personalidad (algunos heredados y otros no) influyen más de lo que nos gustaría.
Así que no juzgo a quienes nacieron en una familia con un papá golpeador, ausente, y una mamá drogadicta.
Esas situaciones no se solucionan de manera fácil ni rápida.
Te escribo desde la lavandería, estoy esperando que termine el ciclo de lavado y después sigue la secadora… yo creo que faltan otros 40 minutos para irme de aquí.
Este blog no tiene como objetivo desanimarte, ni decirte lo cruel que es la vida. Al contrario, quiero invitarlos a no rendirse, confiar en ustedes y mantenerse enfocados en su crecimiento personal.
Sin embargo, no estoy en contra del dolor, ya que el dolor per se nos obliga a movernos de lugar o realizar algo diferente para no sentir ese dolor, ¿me explico?
Normalmente nuestros peores momentos son los que más nos hacen crecer.
Deberías de leer este libro sobre filosofía estoica.
Algunas decisiones duelen
Después de dos años renuncié a mi trabajo, terminé una relación estable y decidí ir de lleno a mis proyectos (y henos aquí).
Los primeros días fueron muy extraños, no sabía qué hacer, pues me había acostumbrado a un estilo de vida. Asumo que estas son las consecuencias de crear dependencia, apego o cualquier otro sinónimo.
Comencé a buscar distracciones por error, creía que así es como podría sobrellevar dichas situaciones, y al principio parecía divertido pero en el fondo era perjudicial.
El sentimiento de vacío llega después de salir de noche, tomar alcohol, gastar dinero que en otras ocasiones no estarías dispuesto a gastar, y regresar a tu casa en la madrugada para darte cuenta que el problema sigue estando ahí.
Este fue un ciclo que se repitió hasta que acepté que mi gestión de emociones no estaba siendo la correcta y debía de bajarle a mi desmadre.
Cada quien puede lidiar con sus emociones como quiera, pero hay que ser conscientes que los efectos secundarios podrían perjudicarnos más de lo que nos beneficia el efecto primario.
Por ejemplo: Comienzas a fumar para aliviar tu estrés y sentirte más tranquilo. Sin embargo, en pocas semanas te darás cuenta que ya no puedes dejar de fumar, tus niveles de ansiedad se elevaron y probablemente estás manchando tus dientes.
Aunque el libro «Cómo ser un estoico» no entra en la categoría de libros de crecimiento personal, me ayudó bastante.
Canalizar el dolor
Considero que saber canalizar el dolor nos abre un mundo infinito de posibilidades. De hecho, así es como han surgido grandes artistas, desde cantantes hasta pintores.
Tener las herramientas para autorregularnos y no explotar puede hacer toda la diferencia.
A algunas personas les funciona salir a correr, a otras tomar siestas, también hay quienes prefieren escribir y quemar la hoja, ahora sí que cada quien a su manera. Existen tantas opciones que solo necesitas encontrar las mejores para ti.
El dolor cuando se reprime (a mí parecer) se hace más grande, igual que una bola de nieve rodando cuesta abajo.
Deja que el dolor salga, pero no permitas que te controle, tú dile que hacer.
Evan Ballesteros.

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