Ataque cibernético en mi trabajo

Mi trabajo sufrió un hackeo masivo.

El viernes 6 de diciembre a las 8:26 de la mañana envié un mensaje a mis compañeros diciendo que no había internet (porque no es común que se vaya por más de 30 minutos). Para nuestra sorpresa, los sistemas del hotel fueron vulnerabilizados y nos encontrábamos bajo un ataque cibernético.

Como si se tratase de una película, nadie sabía que estaba pasando y qué hacer al respecto, después de tres horas nos dijeron «váyanse a sus casas para trabajar y más tarde les damos indicaciones».

Me recordó a la pandemia y la manera en que se gestionó aquella situación; De abajo hacía arriba (jerárquicamente) preguntan qué hacer, y de arriba hacía abajo se va salvando cada uno.

En el transcurso del día nos notificaron que la infraestructura de la red estaba hackeada, y por ende no podíamos regresar a la oficina. 

Pasaron menos de 24 horas y salió otro comunicado oficial que solicitaba a todos los colaboradores cambiar el NIP de sus tarjetas, así como las contraseñas de banca digital.

Esto era en serio, no solo un «el internet está fallando, agh»… Sino que millones de datos habían sido filtrados y algunas computadoras comenzaban a ser bloqueadas por los atacantes.

Para no entrar en detalles, pasé vaaaaarios días trabajando desde mi casa, sin acceso a mi correo corporativo y sobreviviendo a la falta de comunicación interna. 

¿Y en el hotel que estaba sucediendo? Bueno, pues las tarjetas de las habitaciones no abrían, los sistemas de cobro no servían y no había redes wifi disponibles. Por lo tanto, volvieron a los años 90 ‘s cuando se utilizaban las notas de remisión y la pluma.

Las cosas pasan por algo

Lo curioso es que hacer «home office» me envolvió tanto (de nuevo) que estoy considerando empezar el año proponiendo esta modalidad para mi puesto de trabajo, y espero que sea aceptada.

Durante esos días en casa comencé un tracking de hábitos para desayunar saludable, leer mínimo 10 minutos al día y dormir las horas adecuadas.

Me sentí dueño de mi tiempo y libre de organizar mis actividades según las necesidades y/o prioridades.

Conoce como elevar tu frecuencia vibratoria.

También, tuve la posibilidad de dedicarles tiempo de calidad a mis padres y amigos, sin limitantes ni sustituyendo una cosa por otra.

En ningún momento dejé de trabajar y cumplir con las responsabilidades. Incluso, me atrevo a decir que con siestas de 15 minutos fui más productivo que con 3 cafés encima.

Pero todo se acaba, y el lunes pasado me tocó llevar mi computadora con el equipo de IT para asegurarnos que no corre peligro y puedo hacer uso de ella en las oficinas del hotel.

En fin, te recomiendo organizar bien tus contraseñas y perfiles, porque si un día se filtran tus datos será difícil querer cambiarlos sin acordarse de ellos ja, ja, ja.

Evan Ballesteros.


Imagen para promocionar el libro "Como ser un estoico" de Massimo Pigliucci.

2 respuestas

  1. Avatar de Zahir Obregón
    Zahir Obregón

    Como siempre muy bueno tu artículo!! Y es verdad a veces priorizamos el trabajo y dejamos de ver a nuestros seres queridos, así qu estuvo padre que te dieran esos días trabajo en casa. Y por otra parte que horror que les paso eso en el hotel, también me ha pasado que cierro una app y para poder abrirla me tardo años por que no me se las contraseñas 😵‍💫

    1. Avatar de Escritor Por Accidente

      Sucede más de lo que nos imaginamos…

      Qué bueno que te gustó, gracias por dejar tu comentario.

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